Advertencias de un escritor
Gabriel García Márquez
1. Una cosa es una historia larga, y otra, una historia alargada.
2. El final de un reportaje hay que escribirlo cuando vas por la mitad.
3. El autor recuerda más cómo termina un artículo que cómo empieza.
4. Es más fácil atrapar un conejo que un lector.
5.
Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser
lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa
voluntad.
6. Cuando uno se aburre escribiendo el lector se aburre leyendo.
7. No debemos obligar al lector a leer una frase de nuevo
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Decálogo del escritor
Augusto Monterroso
Primero.
Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo.
No
escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen
tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin
duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace
justicia.
Tercero.
En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito".
Cuarto.
Lo
que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con
una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas
nada con cincuenta palabras.
Quinto.
Aunque no
lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el
artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que
lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
Sexto.
Aprovecha
todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el
primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus
amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de
un Byron, o ganar tanto como Bloy.
Séptimo.
No
persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista
hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un
buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo.
Fórmate
un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los
poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el
estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
Noveno.
Cree
en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda,
cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría
que puede acompañar a un escritor.
Décimo.
Trata
de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el
fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que
efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más
inteligente que él.
Undécimo.
No olvides los
sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no
como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte
en este oficio.
Duodécimo.
Otra vez el lector.
Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada
vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si
escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de
tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el
supermercado.
El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.
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Decálogo del perfecto cuentista
Horacio Quiroga
I
Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo.
II
Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.
III
Resiste
cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado
fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es
una larga paciencia
IV
Ten fe ciega no en tu
capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu
arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.
V
No
empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En
un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la
importancia de las tres últimas.
VI
Si quieres
expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba el
viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas
para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de
observar si son entre sí consonantes o asonantes.
VII
No
adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras
a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un
color incomparable. Pero hay que hallarlo.
VIII
Toma
a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin
ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú
lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un
cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad
absoluta, aunque no lo sea.
IX
No escribas bajo
el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz
entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del
camino
X
No pienses en tus amigos al escribir, ni
en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no
tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de
los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del
cuento.
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El decálogo
Juan Carlos Onetti
I..
No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.
II.
No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo.
III.
No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda.
IV.
No
escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la
dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético.
V.
No
sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al
triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que
llevamos dentro y no es posible engañar.
VI.
No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo.
VII.
No se limiten a leer los libros ya consagrados. Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios.
VIII.
No olviden la frase, justamente famosa: 2 más dos son cuatro; pero ¿y si fueran 5?
IX.
No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario.
X.
Mientan siempre.
XI.
No
olviden que Hemingway escribió: "Incluso di lecturas de los trozos ya
listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor
puede caer."
domingo, 21 de febrero de 2016
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