Alfredo Ovalles Perdomo (Maracay, 1964), pertenece al programa "La Comunidad y su Escritura".
En tu cuerpo están las fresas
Y en mi boca está tu sabor
En tus ojos está el universo
Las galaxias y los astros
En mis manos
Yo ausculto tus deseos
y carencias más íntimas
Mujer misteriosa
no te niegues
no pienses,
fluye como el río
sé libre
Fúndete en mi ser
---. ---
La naturaleza en su ciclo vital
Armonía, luz y sonido
El ciclo interminable.
Movimiento
Paz
Sonido envolvente
Libertad
Inocencia.
El agua se desplaza
Todo lo cubre
Todo lo abarca.
La naturaleza en su ciclo vital.
--
Estoy cansado de tanta calle
¿Dónde estás?
¿Quién llenará mis días de soledad?
Dama de mis sueños
te conozco
Porque eres parte de mí
¿Dónde estás?
--- . ---
Me miras con tus ojos ámbar
y centelleantes
Sueño con navegar
En la inmensidad del universo
De tus ojos nocturnos
--- . ---
El olor de tu sexo me persigue
Te busco en las sombras de mi soledad
--
El Hombre Enmascarado
Cuando el hombre enmascarado llegó en la madrugada del 3 de enero a Maracay, todo cambió: el clima, el comportamiento de la gente, las costumbres. Él era un hombre solitario, no hablaba con nadie, su presencia era repulsiva y terrorífica, su máscara negra resaltaba con su traje gris.
Un día estaba almorzando el hombre enmascarado en el Mercado Principal, cuando un joven lo tropezó, el hombre enmascarado lo miró fijamente, su mirada fue metálica, fría; y el joven salió corriendo a la calle Santos Michelena y cayó fulminado. Nadie supo más del hombre enmascarado.
Dos meses después una noticia procedente de Güiria nos informaba de la llegada de dos hombres enmascarados.
martes, 18 de marzo de 2008
sábado, 15 de marzo de 2008
Aarón Almeida Holmquist (Caracas, 1981) Estudiante de primer año de Arte Gráfica en la Escuela de Artes Visuales "Rafael Monasterio", pertenece al programa "La Comunidad y su Escritura"
OMNIPRESENCIA
Esta ciudad reclama
ver girasoles
o algo que provenga de ti
Si así siguen las cosas
esta abismal espera
dará carta de defunción
a un sol en coma
y rogará al Cristo
una estadía
en las habitaciones
de su reino
***
SUEÑO INVÁLIDO
Empuñé mis manos deshidratadas de fe
me vestí de ruegos
y tomé al hijo de Dios como rehén
para que no te marcharas
Heme aquí
***
ESTÀTICO
Arranca hojas secas del árbol de mis sueños
El dolor
aún lo toquetea
palmo a palmo
OMNIPRESENCIA
Esta ciudad reclama
ver girasoles
o algo que provenga de ti
Si así siguen las cosas
esta abismal espera
dará carta de defunción
a un sol en coma
y rogará al Cristo
una estadía
en las habitaciones
de su reino
***
SUEÑO INVÁLIDO
Empuñé mis manos deshidratadas de fe
me vestí de ruegos
y tomé al hijo de Dios como rehén
para que no te marcharas
Heme aquí
***
ESTÀTICO
Arranca hojas secas del árbol de mis sueños
El dolor
aún lo toquetea
palmo a palmo
Luis Quintana, estudiante de Ingeniería en la Unefa, pertence al programa "La Comunidad y su Escritura"
la cuidad ya no me quiere , la cuidad me ha expulsado
la cuidad ya no me quiere más a su lado
la cuidad me odia , me empuja, me incita
a ser un desterrado , por cada calle que piso ,
me da muchos avisos, quiere que marche rápido
me ha dicho que mi tiempo se ha terminado
no soporta mi presencia, me ha dicho que debo hacer maletas
me cierra puertas , me pone candados,
me dice que las oportunidades las buque en otro lado
Mientras más permanezco para la cuidad, soy más molesto.
Soy como un intruso, y quedarme más sería un abuso
Por eso debo darme prisa, debo partir rápido.
Date prisa chofer, la cuidad ya no me quiere ver.
Apura por favor, la cuidad ya me expulsó de su región
No te detengas en ningún lado , la cuidad , me odia y eso está claro.
No preguntes nada, sólo conduce hasta que esta cuidad se pierda entre las nubes;
sin embargo, la cuidad lanza un último grito y sólo logro oír:
¡No vuelvas maldito....................................!
la cuidad ya no me quiere , la cuidad me ha expulsado
la cuidad ya no me quiere más a su lado
la cuidad me odia , me empuja, me incita
a ser un desterrado , por cada calle que piso ,
me da muchos avisos, quiere que marche rápido
me ha dicho que mi tiempo se ha terminado
no soporta mi presencia, me ha dicho que debo hacer maletas
me cierra puertas , me pone candados,
me dice que las oportunidades las buque en otro lado
Mientras más permanezco para la cuidad, soy más molesto.
Soy como un intruso, y quedarme más sería un abuso
Por eso debo darme prisa, debo partir rápido.
Date prisa chofer, la cuidad ya no me quiere ver.
Apura por favor, la cuidad ya me expulsó de su región
No te detengas en ningún lado , la cuidad , me odia y eso está claro.
No preguntes nada, sólo conduce hasta que esta cuidad se pierda entre las nubes;
sin embargo, la cuidad lanza un último grito y sólo logro oír:
¡No vuelvas maldito....................................!
Carlos Aguilar Pertenece al programa "La Comunidad y su Escritura"
CONTIGO HASTA LA OTRA VIDA
Entré sin vacilar al salón principal donde los sonidos de mis pasos se confundían con las trompetas de un mariachi decadente que fungía como grupo de custodia del lugar de salvación de individuos sedientos de fiestas. No quise por ninguna razón esperar en el hotel, absolutamente nada podía originar un cambio de decisión. Yo retrocedía en la profundidad de los pasillos, en los espacios de tiempo. La noche era un incendio de coordenadas. El espejo de la entrada me devolvía la mirada, yo estudiaba esa frente amplia, las manos huesudas, los grandes brazos, la altura promedio heredada de mi padre campesino y no llegaba a reconocerme (¿Donde está ella?, me preguntaba, inspeccionando la multitud). Subí a tropezones a la habitación, guardé los frascos, los bordes de los cuadernos rotos, giré 180 grados en dirección al paraíso. A la vuelta de la esquina me aguardaba una fila de espantos que bailando en incipiente rutina me avisaban que había finalizado la bacanal. Esperé a mi gran amor a un lado del camino. Comencé a lamentarme de ese viaje, de todos los viajes que había hecho. La última canción del mariachi decía: “Mi corazón late desesperado, María mía, déjalo entrar en el tuyo, para que juntos seamos uno solo”, (extraña letra para una canción ranchera, pensé). Sin saberlo exactamente llegó ella, segura y clara como siempre, con la maleta en la mano, con la mirada puesta en el horizonte y extendiéndome la otra mano que llevaba libre, invitándome a seguir con ella hasta el final de la vía. Mi compañera se detuvo al borde de la línea, llorando hasta la última lágrima, diciéndome: -Te dejo ir, eres libre, no puedo seguir viendo tu fantasma-. Luego, las agujas del reloj giraron rápidamente en mi frente, y sin voluntad me fui desvaneciendo.
CONTIGO HASTA LA OTRA VIDA
Entré sin vacilar al salón principal donde los sonidos de mis pasos se confundían con las trompetas de un mariachi decadente que fungía como grupo de custodia del lugar de salvación de individuos sedientos de fiestas. No quise por ninguna razón esperar en el hotel, absolutamente nada podía originar un cambio de decisión. Yo retrocedía en la profundidad de los pasillos, en los espacios de tiempo. La noche era un incendio de coordenadas. El espejo de la entrada me devolvía la mirada, yo estudiaba esa frente amplia, las manos huesudas, los grandes brazos, la altura promedio heredada de mi padre campesino y no llegaba a reconocerme (¿Donde está ella?, me preguntaba, inspeccionando la multitud). Subí a tropezones a la habitación, guardé los frascos, los bordes de los cuadernos rotos, giré 180 grados en dirección al paraíso. A la vuelta de la esquina me aguardaba una fila de espantos que bailando en incipiente rutina me avisaban que había finalizado la bacanal. Esperé a mi gran amor a un lado del camino. Comencé a lamentarme de ese viaje, de todos los viajes que había hecho. La última canción del mariachi decía: “Mi corazón late desesperado, María mía, déjalo entrar en el tuyo, para que juntos seamos uno solo”, (extraña letra para una canción ranchera, pensé). Sin saberlo exactamente llegó ella, segura y clara como siempre, con la maleta en la mano, con la mirada puesta en el horizonte y extendiéndome la otra mano que llevaba libre, invitándome a seguir con ella hasta el final de la vía. Mi compañera se detuvo al borde de la línea, llorando hasta la última lágrima, diciéndome: -Te dejo ir, eres libre, no puedo seguir viendo tu fantasma-. Luego, las agujas del reloj giraron rápidamente en mi frente, y sin voluntad me fui desvaneciendo.
sábado, 8 de marzo de 2008
Génesis Morales (Bolívar, 1992) Estudiante de 5º año de ciencias, en el Liceo “Saúl Albano Moreno”. Ha participado en diversos recitales en su región, y en el II Encuentro de Jóvenes Liceístas, Mérida 2007.
Agujetas
Todavía no logro amarrarlas
Sobretodo por el nudo en su garganta
Me gusta estar sin ellas
Pero me cuesta caminar
Quién dijo que esto era fácil
He tropezado un par de veces
Dentro de mi universo espacial
Soy especie creada
Por la naturaleza maldicha
Lo sé, sólo por lo mal que
Amarro mis agujetas
-Paciencia criatura inexperta
Paciencia que el tiempo espera.-
--
La sombra altera
tu verdadero yo
aquel que escala montañas
hasta volverse más pequeño
todas logran mirarme
siguen mis pasos
siguen aquello que no logro ser
¿cuál es mi identidad?
¿será la nueva sombra que
estorba el pasaje?
¿los nuevos tacones
que me acosan con su ruido?
¿qué esperan de mí?
¿acaso ser algo oculto
ante la inmunidad de las plagas?
¡Qué perdida de tiempo!
Las sombras son muy astutas
sólo ellas conocen
mi verdadera identidad
Agujetas
Todavía no logro amarrarlas
Sobretodo por el nudo en su garganta
Me gusta estar sin ellas
Pero me cuesta caminar
Quién dijo que esto era fácil
He tropezado un par de veces
Dentro de mi universo espacial
Soy especie creada
Por la naturaleza maldicha
Lo sé, sólo por lo mal que
Amarro mis agujetas
-Paciencia criatura inexperta
Paciencia que el tiempo espera.-
--
La sombra altera
tu verdadero yo
aquel que escala montañas
hasta volverse más pequeño
todas logran mirarme
siguen mis pasos
siguen aquello que no logro ser
¿cuál es mi identidad?
¿será la nueva sombra que
estorba el pasaje?
¿los nuevos tacones
que me acosan con su ruido?
¿qué esperan de mí?
¿acaso ser algo oculto
ante la inmunidad de las plagas?
¡Qué perdida de tiempo!
Las sombras son muy astutas
sólo ellas conocen
mi verdadera identidad
Eli Sandino Marín (Maracay, 1991) Bachiller en ciencias, ha participado en diversos recitales en su región. Estuvo en el II Encuentro de Jóvenes Liceístas, Mérida 2007. Ha publicado una plaquette, a través de la editorial La Espada Rota & Actors Production,
Cada quien
carga con sus verdades de hijo malo
de repente
tienes patria y te crees otro
A veces no tienes un coño
y sabes ser nadie
porque todos lloran
aunque sepas que no es el último día
y es todo efímero
Y cuando se vienen
toda ciencia y
toda religión
te sientas a ver los culitos que pasan
Entonces
te muerdes la lengua
eres todo un animal
por suerte
la poesía no es un oficio
--
Cierto día
entra la peste por el mar
por eso mamá nunca trajo los ojos indios
yo nunca tuve una novia llamada agua de cielo
porque siempre llueve cuando
uno anda más arrecho
más llevado
cuentas claras, escucha:
Dios no está para nadie los domingos
ese día mejor nos vamos de trova
para que no vengan a liberarnos
con cruces en el pecho
ese día mejor nos hacemos los locos
y nos aprendemos la ruta
de todas las estrellas de la noche
Cada quien
carga con sus verdades de hijo malo
de repente
tienes patria y te crees otro
A veces no tienes un coño
y sabes ser nadie
porque todos lloran
aunque sepas que no es el último día
y es todo efímero
Y cuando se vienen
toda ciencia y
toda religión
te sientas a ver los culitos que pasan
Entonces
te muerdes la lengua
eres todo un animal
por suerte
la poesía no es un oficio
--
Cierto día
entra la peste por el mar
por eso mamá nunca trajo los ojos indios
yo nunca tuve una novia llamada agua de cielo
porque siempre llueve cuando
uno anda más arrecho
más llevado
cuentas claras, escucha:
Dios no está para nadie los domingos
ese día mejor nos vamos de trova
para que no vengan a liberarnos
con cruces en el pecho
ese día mejor nos hacemos los locos
y nos aprendemos la ruta
de todas las estrellas de la noche
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