Durmiendo en
primavera no se advierte la aurora.
En el lugar dulce se
oyen cantos de pájaros.
Llega la noche, hay
sonidos de viento y lluvia.
Cayeron flores, quién
sabe cuántas.
Meng Hao-ren
Los poetas chinos no
tratan de decir cosas bonitas ni de apelar a lo emocional. La belleza de sus
poesías es un resultado ineludible, no la meta buscada, de la misma forma que
un pino centenario no busca ser bello: es parte de su naturaleza, es la manifestación
de su espíritu de vida. La esencia de sus poesías es, precisamente, la
transmisión del espíritu de vida. Mediante la práctica de un camino espiritual,
el poeta llega a hacerse uno con el Universo y expresa esta experiencia a
través de su poesía.
Roberto Curto
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